Este informe examina como el ruido submarino de los buques daña la vida marina y ofrece recomendaciones globales para reducirlo. Aunque de que seis países pilotos son estudiados en detalle, las propuestas aplican de forma internacional. El informe destaca que el ruido submarino aún no se reconoce como contaminación en las normativas vinculantes de la OMI, a pesar de ser considerado así bajo la UNCLOS.
Las recomendaciones clave incluyen reconocer formalmente el ruido submarino como contaminación, crear normas internacionales vinculantes, mejorar la investigación, proteger áreas sensibles, realizar evaluaciones de impacto ambiental, ofrecer incentivos para barcos más silenciosos y fortalecer la cooperación y la capacidad técnica en los países en desarrollo.



