Un equipo internacional liderado por la Universidad del Algarve y con participación de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) ha puesto de manifiesto la falta de protección de los océanos frente al creciente impacto del tráfico marítimo a nivel global. Publicado en Biological Conservation, el estudio revela que muchas zonas de alta biodiversidad coinciden con rutas navales intensas y, sin embargo, no cuentan con suficientes Áreas Marinas Protegidas (AMP). Solo el 16 % de las Áreas Prioritarias de Mitigación (alta biodiversidad y tráfico elevado) tiene protección legal, un porcentaje similar en las regiones de alta biodiversidad y tráfico reducido (15 %) y en las zonas sin tráfico (12 %), y esas cifras disminuyen drásticamente si se considera protección estricta: apenas 5,6 %, 9,5 % y 6,8 % respectivamente.
Frente a estos hallazgos, los autores recomiendan reforzar urgentemente la planificación y conservación marina a escala global para avanzar hacia el objetivo 30×30, que busca proteger al menos el 30 % de los océanos para 2030. Entre las medidas propuestas se incluye la integración de zonas de alta biodiversidad y baja presencia humana en la red de AMP, la reconfiguración de rutas marítimas y la reducción de velocidad de los buques, con el fin de minimizar colisiones, ruido submarino, contaminación y la introducción de especies invasoras. El estudio subraya la necesidad de aplicar enfoques adaptados de la ecología terrestre al medio marino como base para nuevas políticas de protección ambiental.



